jueves, 21 de febrero de 2008

¡Vaya familia!


Como todos los domingos, la familia se reunía a comer las típicas paellas, cocidos…

Mantenían gestos forzados y una infantil conducta.

Apariencia debía ser su apellido y Falsa su nombre.

Al menos se reunían veinte personas, de las cuales solo un cuarto se llevaba bien recíprocamente.

Yo tuve la mala fortuna de encontrarme en esa gran mesa, cansada de ver gestos poco familiares y escuchar los típicos reproches tales como “qué poca sal echa tu cuñada en la comida”, “esta vajilla esta sucia” o “a mí no me gusta educar a mis hijos así”.

Como todos los domingos, la familia se reunía a tirarse los platos a la cabeza y a demostrar a los vecinos la cuantiosa familia que tienen.


Antonio Calvo Fernández 1º.1.

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